Al traspasarle los zapatos, el zapatero inicia al cliente en los secretos del cuidado de los zapatos en forma ceremonial. Es como si entregase una obra de arte única a su comprador. La vida y el atractivo aspecto del nuevo zapato dependen de la calidad del material utilizado y de la técnica del zapatero, y también, en gran parte, del cuidado que recibe por parte de su propietario. Durante una breve prueba y tras andar unos pocos minutos, el cliente es capaz de determinar si los zapatos se adaptan bien al pie.
Pero para preservar las cualidades del calzado durante largo tiempo, es recomendable seguir algunas reglas:
Al principio, el cliente sólo puede calzarse los zapatos nuevos durante un máximo de dos a tres horas. Sólo cuando el pie se ha "acostumbrado" completamente al zapato puede empezar a llevarlos todo el día. No debe usar el mismo par de zapatos durante dos días seguidos, sino que debe dejarlos reposar un mínimo de 24 horas.
A continuación debe colocarlos de lado y dejar que se sequen durante un día entero. Es recomendable que cepille los zapatos después de cada uso, aunque en apariencia no haya disminuido su brillo anterior. Si durante un tiempo no usa los zapatos, debe aplicarles una fina capa de betún y conservarlos en la bolsa que recibió del zapatero, de pie y en el interior de una caja de cartón. El propietario de un zapato hecho a medida no debería prestar nunca sus zapatos, ya que no existen dos pies iguales. Todo zapato nuevo tiene su carácter especial.
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